miércoles, 15 de mayo de 2013

San Juan de Ortega en Santa Casilda (Briviesca).


Los briviescanos mostraron sus ganas de volver a recorrer la excolegiata de Santa María La Mayor a la cual sólo se ha podido acceder en los últimos diez años un único día durante la Semana Santa. Incluso en esa excepcional jornada el acceso se encontraba restringido a la nave central ya que las capillas del templo se encontraban cerradas al público principalmente por su mal estado.
Habida cuenta de los avances experimentados por las obras de rehabilitación que durante los últimos meses se han ejecutado la Oficina Municipal de Turismo apostó por una apertura provisional.
Para ello se fijó a lo largo del pasado fin de semana cuatro turnos de visita guiada como avance de la prevista apertura definitiva al turismo del próximo verano.

La respuesta de los briviescanos y visitantes superó de forma espectacular las previsiones ya que en solo cuatro turnos más de 300 personas se sumaron a la iniciativa.
Los grupos permanecían en su interior poco menos de una hora, el total de tiempo para las mismas fue de cuatro horas en total, por lo que fue necesaria una estricta organización en los recorridos.
Una de las principales piezas que despertó el interés de los visitantes fue el retablo de Santa Casilda, ubicado en la capilla del mismo nombre, que durante los últimos años fue imposible de ver. Cubierto con una enorme funda de plástico esta pieza contemporánea del de la iglesia de Santa Clara muestra aspectos muy similares al considerado mejor retablo de España.
Al igual que el monacal el de la excolegiata tampoco está policromado y tiene como figuras principales a Santa Casilda, San Juan de Ortega y San Iñigo de Oña así como relieves con escenas de la Pasión y de la vida de Santa Casilda. 
Desde la Capilla de Santa Casilda se accede a la Sacristía y a la Capilla del Sagrario lugar este último objeto de especial interés por los visitantes dada su fama histórica.
Se trata este último de un espacio añadido a la cabecera del templo por fundación en 1667 de la familia Soto de Guzmán y se la consideró como una joya del arte barroco antes de que la humedad y el agua la dejara en un lamentable estado.
Precisamente estos daños dejaron hondamente impresionados y preocupados a los visitantes, muchos de los cuales la conocieron en su estado más óptimo hace décadas.

Fuente de la Noticia:
El Correo de Burgos
GERARDO GONZÁLEZ / Briviesca

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